Vino con corcho y otros defectos del vino. ¿Cómo detectar vino defectuoso?

Color

Los colores de los vinos defectuosos generalmente se vuelven más oscuros y marrones. Esto es cierto tanto para los vinos blancos como para los tintos. El vino blanco puede volverse de color amarillo intenso, naranja o marrón. El vino tinto puede cambiar de púrpura o rubí a marrón anaranjado. Los vinos cambian de color prematuramente como resultado de la oxidación o de una exposición excesiva al aire, generalmente causada por una falla en el cierre que permite que el oxígeno interactúe con el vino. Probablemente hayas visto que el vino tinto se vuelve marrón cuando una botella se deja abierta durante aproximadamente una semana.

Durante mis rutas del vino, a menudo vemos botellas de principios y mediados de 1800. El vino en las botellas parece haber perdido casi por completo su color, y se ve rosa claro, naranja y casi transparente.

No mezcle este cambio de color con cambios similares en el proceso normal de envejecimiento, ya que con el tiempo se produce una microoxigenación en las botellas selladas con corcho. Por ejemplo, algunos de 30 años Vinos de Burdeos son perfectamente buenas para beber, aunque el color se haya vuelto anaranjado-marrón.

Además, algunos vinos se elaboran en estilo oxidado y se pretende que muestren colores más profundos y parduscos. Por ejemplo, el vino de Vin Jaune (vino de oro) de la Jura región en Francia. Estos vinos son envejecidos intencionalmente en contacto con el aire. En este caso, los vinos pueden ser perfectamente buenos.

Sin embargo, cuando los vinos más jóvenes se vuelven marrones rápidamente, hay un problema. Por ejemplo, una botella de Cabernet Sauvignon de 2015 aún debe tener un color rubí brillante.

La oxidación afectará no solo el color, sino también el sabor y el olor del vino, dando a los vinos aromas de toffee, miel o caramelo. Los vinos oxidados carecerán de frescura y frutosidad.

Herramientas de conservación del vino como Coravin se puede utilizar para evitar la oxidación en las botellas que se han abierto. Mantienen el oxígeno alejado del vino durante algunos meses o incluso años reemplazando el oxígeno con gas argón.

Transparencia

El vino puede desarrollar sedimentos, turbidez o CO2 no deseado. Los depósitos pueden ser naturales y provenir del proceso de vinificación. La neblina puede ser de naturaleza metálica: férrica, cúprica o de naturaleza coloidal: proteica y tartárica.

Los depósitos en los tintos más viejos y los depósitos tartáricos (cristales transparentes) en los blancos son normales y no dañinos. Simplemente fíltrelos o use una jarra.

El vino puede tener burbujas de dióxido de carbono como resultado de una fermentación secundaria inesperada en una botella, un error de vinificación o la falta de sulfitos que ayudan a estabilizar el vino. Una ligera efervescencia es normal en algunos vinos como el Vinho Verde portugués, el Moscato D’Asti italiano o la Bonarda italiana, pero no se espera en tintos secos.

A veces el vino puede parecer aceitoso. Este es el resultado del desarrollo de bacterias de ácido láctico de deterioro.

El sabor del vino también puede verse afectado, probablemente sea mejor desechar la botella.

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